Sticky fingers 30 ml

Este perfume no solo se adhiere a tus dedos, sino que perversamente se adhiere a tu mente.
El perfume gira en torno al pachulí, en una interpretación decadente y suntuosa. La apertura pone inmediatamente sobre la mesa las poderosas armas: un pachulí y cuero intenso, casi borracho. De alguna manera es salvaje y despreocupado, peligrosamente vestido de cuero pero juguetón. El secado se vuelve más suave y complejo, gracias a una mantequilla de iris sucia que hace que toda la atmósfera sea más suave e intrigante. No se deje engañar por el iris, no hay romance aquí: se enrollan hojas de tabaco, la chaqueta de cuero finalmente se tira a alguna parte y finalmente emerge el delicioso y tentador olor de la piel.
Muchas razones entrelazadas y asociaciones mentales personales me llevaron a esta creación y su título.
Este perfume está concebido para ser tan tentador como el chocolate pegado en los dedos y no puedes evitar lamerlos. Eso sí: esta no es una fragancia golosa, y Sticky Fingers es una metáfora que hace referencia a otro tipo de tentaciones irresistibles.
Una referencia importante es seguramente el icónico álbum de 1971. Amo el rock, y los 70 por lo que trajeron a la música, pero especialmente, amo la portada de ese álbum.
Me acompañó durante mucho tiempo, ya que una tienda de discos de vinilo a la vuelta de la esquina lo exhibía en su escaparate, y yo estaba expuesto a él todos los días.
Esa portada literalmente se me quedó grabada en la mente, y cuando comencé a pensar en el estado de ánimo de este perfume, no pude evitar pensar en eso.